El marketing emocional es una herramienta que nos permite entender qué es lo que llevan a los consumidores a tomar decisiones. Existe información sobre el género, la edad, ubicación, historial de compra de usuarios. Sin embargo, esto no nos cuenta toda la historia.
La mayoría de los casos en donde se manifiesta el engagement del usuario no suele ser por factores racionales, sino más bien emocionales. Poder identificar esos factores emocionales nos permite saber cómo interactuar con nuestros clientes y poder diseñar experiencias de marketing emocional realmente efectivas.
Tabla de contenidos
¿Qué es el marketing emocional y cómo funciona?
El marketing emocional se basa en el reconocimiento de que las decisiones de compra no suelen ser meramente racionales, sino que se apoyan en emociones inconscientes.
Podemos dividir nuestra mente en pensamiento consciente e inconsciente. Solemos darle prevalencia a la mente consciente, pero en realidad, su funcionalidad es limitada, ya que procesar los estímulos de esta manera requiere mucha energía. Por tanto, para que las decisiones se tomen de la manera más rápida y eficiente posible, nuestro cuerpo limita el pensamiento consciente.
La inmensa mayoría de la información que recibimos a través de los sentidos se procesa de manera implícita e inconsciente. Por ejemplo, a través de la vista, los procesos implícitos pueden recibir millones de bits de información por segundo, mientras que los explícitos solo unas decenas de bits, para hacer una comparación.
Todos estos procesos implícitos están controlados por el sistema límbico, a veces llamado «el cerebro emocional». Y el resultado de ello es que muchas de nuestras decisiones se toman de manera inconsciente basándose en emociones.
Cuando un cliente decide comprar tu producto, a menudo toma esta decisión antes incluso de que su mente sea consciente de ello, basándose en miles de señales implícitas. Por tanto, nuestro marketing está condenado a fracasar si no tenemos en cuenta los factores irracionales y emocionales que están detrás de las decisiones de compra.
Cómo optimizar tus experiencias de marketing emocional
Para poder crear una estrategia de marketing emocional para mejorar el engagement de los usuarios, debemos ser capaces de identificar sus necesidades emocionales para construir nuestras acciones y contenido de marketing alrededor de ellas.
Para ello, veamos lo que propone el modelo límbico propuesto por el grupo de investigación alemán Gruppe Nymphenburg.
Los 3 sistemas emocionales
El modelo límbico parte de una clasificación en tres grandes sistemas emocionales que influyen en el comportamiento de los consumidores y les hacen buscar o evitar diferentes sensaciones. Estos tres sistemas son:
- El sistema de estimulación: encargado de descubrir cosas nuevas y aprender habilidades. A esta parte de nuestro cerebro le gusta la novedad, la curiosidad, el cambio, la sorpresa y la emoción. Este sistema huye del aburrimiento, pero se siente atraído por las sensaciones nuevas.
- El sistema de dominación: centrado en los resultados, la asertividad, la eliminación de la competencia, el estatus, el poder y la autonomía. Este sistema busca sensaciones relacionadas con el orgullo y la victoria y huye del enfado y de la indefensión.
- El sistema de equilibrio: busca evitar los riesgos y generar estabilidad. Sus principales objetivos son la armonía, la conformidad y la seguridad, y trata de evitar sentir miedo o ansiedad.
Los sistemas de dominación y estimulación buscan ampliar horizontes, mientras que el sistema de equilibrio sirve como contrapeso al intentar evitar riesgos excesivos.
Conocer con mayor detalle el comportamiento de nuestros consumidores nos permite tener mayor panorama al momento de desarrollar nuestras estrategias. El marketing emocional no solo nos brinda áreas nuevas que podemos explorar sino que podemos conocer mejor a nuestros clientes.
Adaptado de Cyberclick.